Entender las victorias y las derrotas.

Año 2019. Ese es el año en el que Nadal después de jugar en Mutua Madrid Open aparece con cero títulos en su haber.

Hasta esa fecha fueron 15 los años en los que el de Manacor había conseguido hacerse con al menos un título a esas alturas de la temporada.

En Madrid cayó ante el griego Tsisipas en un partido en el que el heleno jugó de manera magistral tanto en lo táctico como en lo mental.

En rueda de prensa Nadal responde a la inevitable pregunta: “Como te sientes saliendo de Madrid sin ninguna victoria”

Nadal responde de manera contundente: “Me estoy quedando cerca pero no consigo ganar, uno tiene que aceptar las cosas con naturalidad, al igual que acepté toda la vida las victorias con normalidad y naturalidad. De la derrota también lo haré, no quiero buscar excusas” (El día anterior después de ganar a Wawrinka respondió lo siguiente: “Más allá de ganar o perder estoy en un camino adecuado”).

Qué importante es para nuestra confianza saber hacer lecturas eficaces y orientadas al rendimiento tanto de los resultados a favor como de los resultados en contra.

En definitiva, que importante es aprender a entender nuestras victorias y nuestras derrotas. Tendemos a pensar que los resultados son un fin en si mismo. Que los resultados son lo que realmente nos define como deportistas y muchas veces también como personas.

Si pierdo es que “soy…” Si gano es que “soy…” Pero la realidad es que los resultados no dicen absolutamente nada de ti, ni como deportista ni como persona.

Tu no “eres” “nada, ni bueno ni malo” únicamente por el hecho de ganar o de perder.

Una de las ventajas principales de no utilizar el resultado para definirte es que te permite mantenerte tranquilo tanto en la victoria como en la derrota y eso es gasolina para mantener una confianza de titán tanto en los momentos a favor como en los momentos en contra.

¿Y como hay que utilizar los resultados entonces? Tenemos que aprender a utilizar los resultados como información sobre como está siendo tu rendimiento en relación a ti mismo y al rendimiento de los demás.

Es decir, el resultado es un chivato que te dice cuál es el camino a seguir. El que te dice qué es lo que tienes que seguir haciendo cuando las cosas salen bien y qué es lo que se necesita cambiar, trabajar o mejorar cuando las cosas no salen como quieres y ¡nada más!

Si somos capaces de entenderlo así, como pura información de nuestro rendimiento vamos a conseguir por un lado, conocer nuestras fortalezas y mejoras y por otro lado, potenciar y aumentar nuestra auto confianza.

Así pues, ganes o pierdas hazte el favor de no utilizarlo ni para venirte arriba, ni para machacarte, para castigarte porque lo único que conseguirás será destrozar tu confianza ya que la basas en algo que tu no puedes controlar como es el resultado.

Si aprendes a utilizar el resultado como información te vas a convertir en un jugador más completo (ya que tendrás mucho más claro tus fortalezas y mejoras) con más auto confianza y sacarás mucho más el titán que llevas dentro.